martes, 2 de junio de 2009

ENRIQUE LEPAGE

Hijo de un destacado político el ba­rón belga Enrique Lepage abandonó su patria, en compañía de su hijo y de su esposa, buscando mejores aires para la quebrantada salud de ésta. Llegó a Buenos Aires en julio de 1890, en plena revolución, y casi de inmediato se instaló en las proximi­dades del Colegio Nacional Central, calle Bolívar 375, con un negocio de artículos fotográficos. Deseoso de ofrecer a su nutrida clientela las úl­timas novedades europeas del ra­mo, Intentó introducir en el país la "fotografía animada" que acababan de inventar los Lumiere; enterado de que éstos no vendían ni alquila­ban sus aparatos, se decidió, a co­mienzos de 1897, por importar los equipos Elgé, de León Gaumont, que eran similares. Fué así que se conocieron en la Argentina las pri­meras cámaras filmadoras, con el consiguiente interés de los aficiona­dos de la fotografía. En ese mismo año, con el valioso concurso de En­rique Py, inició la producción cine­matográfica, constituida por brevísimos cortometrajes que fueron una curiosidad más o menos interesante para un reducido círculo de "ama­teurs" y que desde 1900, en que se filmó el Viaje del Dr. Campos Salles a Buenos Aires, se transformó en algo regular y continuo. Fué pro­pietario del establecimiento hasta 1908, en que lo vendió, engrande­cido, a su gran colaborador: Max Glücksmann. Un año antes, pro­hijó los ensayos de cine sonoro con sincronización fonográfica, al estilo de los que Pathé y Gaumont hacían en Francia. Enrique Lepage, intro­ductor en la Argentina del prodigio­so invento que conmovería al mun­do, retornó a Europa, en donde murió.

MAX GLÜCKSMANN (1875-1946)

Productor. Nacido en Czernowitz, entonces perteneciente a Austria, lle­gó a Buenos Aires en 1890. Se des­empeñó en distintos oficios y luego al lado de un fotógrafo, que lo ini­ció en una técnica que llegó a domi­nar. En 1891 se ofreció como em­pleado a la Casa Lepage; admitido, se convirtió en el factótum del esta­blecimiento y desde 1908 en su pro­pietario. En buena medida fueron iniciativas suyas la introducción de las primeras cámaras filmadoras y el comienzo de la producción cinema­tográfica. Lepage, Py y Glücksmann constituyeron un equipo en el que se complementaban lo técnico y lo comercial. Fue, desde 1897, el ini­ciador y organizador de la venta y distribución de películas, y quien con visión de futuro incitó a los em­presarios a la realización de exhibi­ciones cinematográficas; en ello pue­de ser comparado a los grandes cine­astas europeos y norteamericanos de la primera hora. El aspecto esencial de la producción fué, para él, el de­ los documentales y noticieros, pero no se despreocupó del cine de fic­ción, a cuyo efecto instaló una de las primeras galerías de filmación. Combinó, además, la producción con la distribución y explotación, llegando a poseer una vasta red de salas (construyó en el país los primeros grandes "biógrafos") en Argentina, Chile y Uruguay. Otros afanes comerciales e industriales fueron con­citando su atención, especialmente la grabación de discos fonográficos, hasta que el advenimiento del cine sonoro lo alejó casi totalmente de sus actividades primigenias. Murió en Buenos Aires; poco antes su ar­chivo de films había sido declarado de utilidad pública, pasando a do­minio del Estado.

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