sábado, 18 de julio de 2009

"Los Muchachos de Antes........"

EUGENIO PY (1859-1924)
Técnico notable, es el primer pro­fesional del cine que apareció en el país. Francés, oriundo de Carca­sonne, desde muy joven dedicóse a tareas rurales y luego desempeñó di­versos oficios; en el de fotógrafo descubrió su vocación. A poco de contraer matrimonio emigró a la Argentina; llevaba algunos años en el país, con un modesto taller de fotografía en el pueblo de San Mar­tín, cuando hacia 1895 ingresó a la Casa Lepage para ponerse al frente de la sección fotográfica. En 1897 tomó los primeros rollos de película filmados en la Argentina; el primero de todos fué La bandera argentina, de diez y siete metros. Poco des­pués instaló, en la residencia particu­lar de Lepage, el primer laboratorio cinematográfico. En 1900, en oca­sión de la visita del presidente bra­sileño, filmó un documental bastan­te completo, Viaje del Dr. Campos Salles a Buenos Aires, que inicia prácticamente el cine argentino pro­fesional. Desde entonces, al hacerse regular la edición de documentales y noticieros, su labor fué continua y múltiple. En 1907 hizo los prime­ros ensayos de cine sonoro, con cor­tometrajes de sincronización fono­gráfica. Al adquirir el negocio de Lepage (comprado en 1908 por Max Glücksmann) mayor volumen e importancia, su trabajo fué cir­cuscribiendose cada vez más al la­boratorio, en cuya dirección formó a no pocos técnicos competentes. Es­porádicamente retornó a la función de cameraman, especialmente en al­gunos films arguméntales de largo metraje. Su actividad fué incansa­ble hasta que la muerte lo sorprendió en su casa de San Martín. Su filmo­grafía es extensísima y de indudable valor histórico.

FEDERICO VALLE (1880-1960)
Técnico y productor. Italiano, na­ció en Asti en 1880. A los diez y seis años era empleado de los repre­sentantes de Lumiere en Italia y en 1898 se iniciaba como cameraman en París. Por cuenta de la Urban Trading Co., después Eclipse, reco­rrió países y regiones exóticas; fue tal vez el primero en el mundo que tomó vistas aéreas, en 1908, en un vuelo en Centocelle con Wilbur Wright. Desde 1908 hizo visitas a la Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Chile, Perú, etc., para filmar documentales y en 1911 se radicó definitivamente en Buenos Aires, instalando un modesto labo­ratorio que ensanchando poco a po­co sus actividades, habría de trans­formarse en una de las mayores pro­ductoras y distribuidoras de la época. En 1920 inició el Film Revista Va­lle, noticiero famoso por su ágil y atractivo montaje, y que hasta 1931 lanzó más de seiscientas ediciones. Como activo productor del período silencioso su mayor aporte se dió en el documental con películas que reflejaron insospechados paisajes argentinos y que inicialmente lo con­taron como cameraman, derivándolas luego a técnicos expertos o a nuevos valores formados bajo su tutela. En 1917 produjo un film de dibujos animados en largo metraje, El após­tol, sátira al presidente Irigoyen en la que colaboraron Taborda y Cris­tiani, y al año siguiente Una noche de gala en el Colón, film que al­ternaba dibujos y muñecos. En 1926, su valioso archivo de films se perdió en el incendio de su esta­blecimiento; no obstante, prosiguió sus actividades cinematográficas que, cada vez más espaciadas en el campo de la producción, se prolongaron hasta 1940.

ATILIO LIPIZZI (1867-1939)
Productor. Era italiano, nacido en Roma. En su juventud alternó el oficio de bombero con sus inclina­ciones musicales. En los últimos años del siglo pasado ingresó como electricista a la "troupe" de Leopol­do Frégoli, con quien recorrió con­tinentes y países; en una de esas gi­ras, hacia 1904, llegó a Buenos Aires y se quedó. El cine ya bullía en su imaginación; su primer contacto con él lo había tenido manejando el pro­yector para exhibir las pantomimas filmadas por el célebre transformis­ta. Por varios años se dedicó a la importación de aparatos y repuestos cinematográficos franceses y luego a la distribución de películas europeas y norteamericanas. Interesado tam­bién en la producción -él fué quien decidió a Mario Gallo a filmar- ­hizo su experiencia como camera­man y en 1915 emprendió la reali­zación de films, recurriendo a con­sagrados elementos del teatro -directores, autores, intérpretes- para la parte artística. Realizó en total, bajo su sello Filmgraf, cinco pelícu­las (Amor de bombero; Resaca; Fe­deración o muerte; El movimiento continuo; A las nueve en el conven­to) y colaboró parcialmente en films de otros productores. Por sus mo­destos estudios y laboratorios desfi­laron algunas figuras que más tarde gravitarían sensiblemente en el cine nacional: Edmo Cominetti y José A. Ferreyra entre otros. Resaca cons­tituyó un éxito económico compa­rable al de Nobleza gaucha. La cri­sis insinuada a partir de 1918 lo alejó de la producción y lo llevó a otros negocios del cine. Antes de que el sonido revolucionara al cine­matógrafo, este pionero ya había caído en el olvido y la pobreza. Mu­rió en Buenos Aires.