jueves, 7 de mayo de 2009

Los Pioneros



Todo empezó en un viejo cafetín

Se calcula que en 1905 llegó al país un hombre de alrededor de 27 años, italiano, llamado Mario Gallo, que dirigía el coro de una compañía de opera. Nunca se sabrá por que a Gallo se le ocurrió quedarse en Buenos Aires. La compañía de ópera partió y el que seria el fundador del cine argentino se dedicó a tocar el piano en los cafés. A ellos concurrían nada menos que Enrique García Velloso, Horacio Quiroga, Belisario Roldán, Joaquín de Vedia y Martínez Cuitiño. En su "Historia del cine argentino" Domingo Di Nubila dice que alguno de ellos pudo haber escrito el libreto de "El fusilamiento de Dorrego" porque allí, del café, surgió la idea de hacer una película, la primera en la historia del cine nacional, y el comienzo de lo que luego, sólo 20 años más tarde, seria el otro Hollywood de América. Pero aquellos hombres aún no tenían idea de la importancia del hecho. La razón es simple: todavía la misma Hollywood no era la Meca del Cine y el mismo cine no había llegado a la etapa sonora.

Aquellos primeros intentos tuvieron ribetes divertidos: en la filmación de La batalla de Maipú que se realizó en los terrenos donde hoy se levanta el estadio de River, y con el concurso de los granaderos, Eliseo Gutiérrez representó a San Martín y Enrique de Rosas a O'Higgins. Pero como ninguno de los dos jamás había subido a un caballo, en el momento de darse el histórico abrazo ecuestre, se fueron al suelo.
No paró ahí la cosa, porque Enrique Serrano, que si era un buen jinete, se encargó del papel de Las Heras con tanto brío (claro, entonces era un jovencito y no el vejete picarón de las comedias junto a María Duval) que en una de las cargas de la batalla atropelló a todo el mundo. Los demás le respondieron y se armó una batalla campal, con un tendal de heridos de verdad.

Mal podían tener idea de la importancia de lo que estaban haciendo estos pioneros, si recién en 1927 es decir prácticamente veinte años más tarde, la voz de Al Jonson inundaría las salas con la primera película sonora y, coincidentemente, se fundaba la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood.

Carlos Arcidiácono, Siete Días, 1980
Breve antología de los pioneros de Aquellos Tiempos del Biógrafo
Museo Municipal del Cine Pablo C. Ducrós Hicken

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